domingo, 31 de julio de 2016

Educar para vencer el miedo

"Cualquier persona que tenga un sueño, cualquier sueño que venga a la mente, se puede realizar en el futuro si esa persona tiene la oportunidad de recibir una educación". Quien así habla es Shahed Habbad; tiene 10 años y es refugiada siria en Líbano. Juan tiene 9 años y es de Madrid, para él "lo que intentan las personas que hacen la guerra es que (los niños y las niñas) no tengan derechos". Ambos, Shahed y Juan, forman parte de un proyecto educativo que une rincones del mundo y enlaza las vidas y sueños de estos pequeños.

Estos proyectos requieren comprensión, análisis, compromiso y articulación. Una receta sencilla pero con propiedades esenciales para el mundo complejo en el que vivimos. Se conoce como "Educación para la Ciudadanía Global" y su objetivo es formar personas que comprendan que la teoría del batir de alas de mariposa nos afecta directamente, y que nuestras vidas están irremediablemente unidas por hilos invisibles que precisan ser identificados.

Se trata de ofrecer herramientas que permitan analizar de forma crítica cómo se han tejido las interdependencias desiguales e injustas que rigen los ámbitos político, económico, social o cultural en el mundo. Un análisis que lleva a conciencia ciudadana y, de ella, al compromiso personal y político por la justicia. Y es de ahí de donde surgen las redes ciudadanas supranacionales que presionan contra los efectos nocivos de la globalización.

Parece lógico pensar que este tipo de educación es esencial en un contexto mundial que asiste a la peor crisis de migración y refugio desde la Segunda Guerra Mundial. 60 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Mientras, la Europa que da lecciones al mundo, parece haber perdido sus valores en el camino y atenta sistemáticamente contra los derechos humanos de miles de personas.

Europa se mira al ombligo. Olvida que la situación que se vive en nuestras fronteras es una realidad cotidiana en otros lugares del mundo. Países con condiciones peores que las nuestras acogen a cientos de miles de personas. Tal es el caso de Líbano, donde el 25% de su población, son personas refugiadas -un millón-, de las que la mitad son menores que viven bajo el umbral de la extrema pobreza.

En Europa - la región más rica del planeta-, comienzan a surgir reacciones de rechazo, desconfianza, racismo y xenofobia. Comportamientos a menudo azuzados por declaraciones políticas y (des)informaciones en los medios de comunicación. Urge dar una respuesta que, frente al miedo, genere solidaridad; que, frente al individualismo, articule una ciudadanía comprometida con los valores que dan sentido a la identidad europea y a la identidad de habitantes de un planeta común.

Esta tarea es compleja. Una educación para la ciudadanía global debe comprender los porqués y los cómos, ponerse en los zapatos de quienes sufren las injusticias. Sin empatía nunca podremos entender que toda injusticia nos afecta. La empatía debe venir acompañada de la autoestima, el respeto, la igualdad, la justicia… elementos clave para garantizar que no miramos a "los otros" como enemigos, sino como personas con quienes caminar de la mano.

Se trata de dialogar y convivir con distintas culturas. Quien se cuestiona sus propios puntos de vista fortalece la convivencia. Es imprescindible derribar estereotipos y prejuicios; respetar, valorar y convivir con personas de diferentes culturas y orígenes; y hacerlo desde las primeras etapas de nuestra vida.

También hay que participar para construir un mundo más justo. El mundo del S.XXI exige que nuestra participación política sea internacionalista. Tenemos que articularnos porque ante problemas globales solo caben soluciones colectivas sin fronteras.

La madurez de Shahed Habbad impresiona. Afirma con un gran convencimiento que le gusta aprender "porque aprendiendo avanzamos y nos ayuda a alcanzar nuestros sueños". Shahed quiere "aprender todo lo que hay que saber". Conmueve también la entereza de Juan, quien reivindica "el derecho a hacer amigos y a aprender cosas nuevas".

Ojalá que los sueños de estos pequeños no sepan de muros, alambradas, guerras y conflictos. Que el pensamiento crítico, el aprendizaje emocional, la convivencia y la participación sociopolítica arrojen luz ante el miedo y dignidad ante las fronteras.



Miembro del Grupo de Educación para la Ciudadanía Global de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo vía Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

Lecturas sutiles ¿Se puede reestructurar los pensamientos?

Tal vez muchos de nosotros hemos escuchado alguna vez la frase “si quieres cambiar tu vida, tienes que cambiar tu forma de pensar”, y la verdad es que tiene mucho sentido, ya que cambiar la forma de pensar tiene que ver con el hecho de conocer cómo nuestro sistema cognitivo procesa la información del entorno, donde dicho procesamiento nos va a permitir interpretar la realidad de una manera y no de otra.

Así, podrán acontecer las denominadas distorsiones cognitivas o formas erróneas de procesar la información, lo cual nos llevará a interpretar la realidad de una manera disfuncional experimentando la mayor parte del tiempo sentimientos de frustración y malestar emocional.

En este sentido, la terapia Cognitivo Conductual tendrá por objetivo identificar dichas distorsiones cognitivas para luego, a través de determinadas técnicas y estrategias, buscar la forma de reestructurar el pensamiento, es decir que es posible que las personas aprendan a cambiar sus formas de pensamiento distorsionadas por otras más adaptativas o funcionales.

Un punto importante para comenzar el proceso de reestructuración cognitiva es lograr identificar los pensamientos automáticos presentes en nuestras vidas. Los pensamientos automáticos son una forma de ideas que todas las personas experimentamos de manera involuntaria en determinadas situaciones, son pensamientos involuntarios porque solamente aparecen de acuerdo a las circunstancias, no necesitamos hacer algún esfuerzo para que se hagan presentes.

Por ejemplo, existen personas que cuando suena el teléfono y están esperando a su hijo/a o a alguien significativo, tienen el pensamiento automático “seguro tuvo un accidente” o “algo muy malo le sucedió”, pero luego se sorprenden cuando contestan el teléfono y constatan que solo era un número equivocado o era la simple llamada de un familiar para saludar.

Es importante saber que nuestros pensamientos automáticos pueden pasar desapercibidos, pues muchas veces estamos inmersos en una rutina de vida que no nos permite tomar conciencia de todo lo que pensamos o hacemos, es decir vivimos de manera automática.

Por otro lado, nuestras emociones no son algo que pasen desapercibido, pues experimentar la mayor parte del tiempo tristeza, miedo, ansiedad y enojo no es muy agradable. Así, una forma para poder detectar los pensamientos automáticos será a través de las emociones. Entonces cada vez que experimentemos alguna emoción negativa será importante preguntarnos inmediatamente qué es lo que se acaba de pensar o qué idea o pensamiento pasó por la cabeza. En el ejemplo citado anteriormente es seguro que las personas primero experimentaron ansiedad o miedo, o malestar en el estómago o dolor de cabeza antes de ser totalmente concientes del tipo de pensamiento automático que estaba produciendo ese malestar emocional y físico.

De esta manera conocer nuestros pensamientos automáticos será solo el primer paso para comenzar el proceso de reestructuración de pensamiento, el siguiente paso consistirá en encontrar creencias o esquemas de pensamiento que deberán someterse a prueba para poder lograr una verdadera y profunda reestructuración de pensamiento.

Para terminar, no olvidemos que será importante identificar nuestros pensamientos automáticos para poder comprender porqué nos sentimos mal en ciertas ocasiones, ese será un paso importante para comenzar a cambiar nuestras vidas.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario sobre la columna, contactarse con Claudia Méndez del Carpio al correo

La higiene mental una salud total



Hay temas que han rebasado el estigma y ahora están en boca de todos. El cáncer, por ejemplo, sigue siendo una dolencia complicada. Sin embargo, ahora es más fácil compartir sentimientos, por la compasión generalizada de la tribu. Sí, de la tribu, que al final sigue siendo nuestro estilo de relacionarnos en colectividad.

Mientras eso sucede, familias completas siguen sumergidas en el silencio y el dolor por no atreverse a compartir su batalla mental por una vida digna, productiva y con sentido. Las enfermedades mentales siguen arrastrando un fuerte estigma que provoca aislamiento, detección tardía de síntomas y falta de atención.

Hace solo unos días asistí en Houston a la Conferencia Anual de Sardaa, la asociación sin fines de lucro que ayuda a pacientes y familias afectados por la esquizofrenia y otras enfermedades. Allí pude conocer a padres, hermanos y amigos que han perdido a seres queridos por el suicidio. El encuentro fue una unión desde el dolor y la solidaridad, pero sobre todo desde la esperanza.

Hablar en público de mi historia familiar sobre la esquizofrenia me costó 43 años. Mi mayor miedo fue perder el control de la mente, debido a los suicidios de mi abuelo paterno, mi tía y el intento de mi padre. A los 15 años me tocó visitar a mi padre en un hospital psiquiátrico, después de haber recibido electrochoques. A esa edad, sin tener ningún tipo de recurso emocional para enfrentar las circunstancias, pedí a Dios un milagro de cocreación de mente y cerebro sanos, para no seguir los patrones que veía en el espejo.

Dios hizo el milagro. Gracias a su misericordia y al esfuerzo para nutrir cerebro y mente con alimentos positivos, aquí estamos alzando una voz para que el estigma acabe. Para que la compasión y la solidaridad se expandan, más allá de la atención médica correcta. El mejor complemento posible es la inclusión y la mejor medicina, el amor.

Los neurocientíficos aún tienen mucho que investigar para identificar las causas y las razones de estas enfermedades. La ciencia ya estudia que la higiene mental, entendida como el cultivo de la espiritualidad, es decisiva para paliar dichas condiciones. Ya no basta con las píldoras. Son necesarios la conciencia de la aceptación, el estímulo de la creatividad, la fe y el propósito de vivir en pertenencia.

Viví en miedo por muchos años, hasta que me di cuenta de que sólo dejándolo salir podría enfrentarlo, compartirlo y luego revertirlo en combustible para empoderarme y empoderar a otros. Usemos el miedo desde su mejor ángulo, que no es el que nos paraliza y crea ansiedad. El miedo también sirve de recordatorio y llamado a la acción.

Mira a tu alrededor y abre tu corazón a quienes temen dejar volar su mente. Sé parte de la cadena del amor, para levantar el estigma sobre las enfermedades mentales, que en realidad deberían llamarse enfermedades cerebrales. Dios es amor. Hágase el milagro.

viernes, 29 de julio de 2016

“Lo siento” ¡Basta de disculpas!

”Disculpa, pero necesitaría tener ese informe cuanto antes”, pides a tu compañero de trabajo que debería haberlo entregado ayer.

Perdona que sea tan pesada amor, pero ¿tardarás mucho todavía?”, le preguntas a tu novio después de llevar más de 20 minutos esperando.

“Seguramente será una tontería pero tengo una idea...”, intervienes en una reunión en el trabajo. Si te reconoces en una o varias de estas frases (y disculpa que seamos quien te de la noticia) eres una de las miles de mujeres en el mundo que padecen lo que muchos llaman el ‘sorry syndrome’ o esa tendencia a pedir disculpas por cualquier motivo, aunque tú no hayas cometido ningún error.



“Perdona que me meta, seguramente será una tontería lo que voy a decir...”

No todas las mujeres dan tanta vuelta y andan con tantas contemplaciones a la hora de comunicarse, sin embargo hay algunas investigaciones que respaldan la idea de que, en general, dicen “lo siento” más a menudo que los hombres. Dos estudios realizados por la Universidad de Waterloo en Canadá y publicados en la revista Psychological Science encontraron que aunque ellos están tan dispuestos como nosotras a disculparse, tardan más en sentir que necesitan hacerlo.

Amy Schumer, la atrevida y deslenguada cómica norteamericana, célebre por su humor políticamente incorrecto retrató esta realidad en un scketch titulado “I’m Sorry”: una parodia en la que varias científicas y expertas reputadas en diversas materias (entre ellas una hipotética premio Nobel) pretenden llevar a cabo un debate que promete ser de lo más interesante pero que se queda estancado antes de empezar en un hilarante embrollo de disculpas y cortesías recíprocas.

La experta en coaching y en comunicación asertiva, Sandra Díaz Leonardo, cree que estas frases de disculpa son parte de rutinas incorporadas desde la infancia. “La mujer, tanto en el entorno personal como en el profesional, muestra con frecuencia comportamientos enfocados a conciliar posturas, escuchar y mediar en situaciones difíciles”, asegura en una entrevista a la revista Hoy Mujer, enfatizando algo que ya sabemos: ese modo de comunicarnos es una manifestación más de esa vocación que nos inculcan desde que somos niñas de agradar y satisfacer las expectativas de los demás antes que las nuestras.

“Esta forma de mirarse, siempre imperfecta, puede hacer que se sitúe en desigualdad respecto a sus colegas, su pareja, incluso sus hijos. La mujer, con frecuencia, asume que “estar al servicio de los demás es la clave para que me quieran”, explica la coach, formadora en la Escuela Europe de Coaching (EEC).



¿Intrusas?

“Disculpa que me entrometa pero opino que…”. Comenzar una frase pidiendo perdón en definitiva resta valor a la idea que se comunicará a continuación. Así que ¡deja de hacerlo! Pues no es una mera muletilla lingüística, es la expresión de una menor autoestima y que no crees en tus ideas.

“Durante siglos, las mujeres estuvieron sistemáticamente excluidas del espacio público y confinadas al ámbito doméstico. Esta situación, que todavía hoy cuesta superar, hace que ellas se sientan como “intrusas”, sin el pleno derecho a estar allí: por eso se excusan o tratan de pasar desapercibidas”, analiza Sara Berbel, doctora en Psicología Social y autora de “Mujeres rompiendo el techo de cristal”.



Cuestión de género

Judith Baxter, sociolingüista de la Universidad de Aston (Reino Unido), señala en su libro, The language of female leadership (El lenguaje de las mujeres líderes) que en las reuniones de trabajo y en los consejos de dirección las mujeres están cuatro veces más inclinadas que sus compañeros masculinos a utilizar un tipo de discurso que ella ha calificado como de “doble voz” y que consiste en prejuzgar negativamente la respuesta de la audiencia y adaptar el mensaje en función de esa perspectiva.

Las siguientes frases son claros ejemplos de esto: “Corrígeme si me equivoco...”, “No soy ninguna experta en el asunto, pero...”, “Es posible que no lo haya entendido bien, pero...”. Y es que la falta de seguridad en un espacio que no se percibe como propio se refleja no sólo en el lenguaje verbal, sino también en el no verbal. Se ha visto que las mujeres suelen ocupar lugares extremos o poco centrales en las mesas de trabajo, incluso aunque sean las directoras.



No es modestia

Hablar claro sobre los propios méritos es importante, porque precisamente uno de los obstáculos en el camino de las mujeres hacia la cima del poder empresarial, económico o político radica en lo que la doctora Estrella Montolío (Catedrática de Lengua Española de la Universitat de Barcelona y coordinadora del grupo de investigación Estudios del Discurso Académico y Profesional) han definido como “autodisminución ritual” o “modestia ritual” que tiene su origen en la educación estereotipada que recibimos y consiste en “la inhibición de los éxitos propios, la extrema modestia, en ocasiones incluso autodenostativa, así como la tendencia a intentar mostrarse amable y poco asertiva, ensalzando las virtudes ajenas y silenciando las propias”.

Lo explica Sara Berbel en su libro, una tendencia que la autora considera “muy peligrosa porque, si bien entre las mujeres es entendida como una simple expresión de modestia (una de las virtudes en las que se educa a las mujeres), puede ser tomada al pie de la letra por los varones que la escuchen, con el consiguiente juicio desfavorable hacia ellas”.

¿Las consecuencias? Por una parte, se refuerza la baja autoestima y el temor social. Por otra, dado el diferente código lingüístico, ellos pueden entender literalmente las expresiones de inseguridad y darlas por ciertas, considerando, por tanto, que esas mujeres no son aptas para los puestos que ocupan.



¿Amabilidad vs credibilidad?

Sheryl Sandberg, directora operativa de Facebook, pionera en liderazgo femenino y una de las directivas que ha llegado más alto en el mundo, ha tenido que lidiar con los diferentes matices de la desigualdad en su camino a la cima. Cuando Sandberg todavía estaba en el instituto ya mostraba que sería una líder y uno de sus profesores le dijo: “A nadie le gustan las chicas mandonas”.

La pregunta que surge es: ¿Estamos obligadas a ser agradables para alcanzar el éxito? “El margen de actuación de las directivas es muy estrecho: cuando se comportan según el estereotipo masculino y son fuertes, firmes y exigentes, entonces se las considera competentes pero no gustan y se las acusa de ser “masculinas”. En cambio, cuando adoptan el rol del estereotipo femenino y se muestran amables, comprensivas y empáticas, entonces gustan más pero no son consideradas competentes. Esto es el fenómeno llamado “the double bind”, la doble atadura, y es que somos castigadas en ambos casos”, explica Sara Berbel.

Y siendo sinceras, muchas veces somos las mismas mujeres las que criticamos una mujer ‘demasiado líder’. Es momento de acabar con esta’ ‘doble atadura’ y premiemos aquellos liderazgos que incluyan características de ambos estereotipos, masculinos y femeninos “que, por cierto, son los más eficientes y los que otorgan mayor libertad de expresión a las líderes”, añade esta experta.

La clave pasa por reconocer los propios errores y disculparse por ellos, pues es una fortaleza y muestra seguridad… eso sí, solo si lo hacemos cuando toca, no todo el tiempo.

jueves, 28 de julio de 2016

Dime cómo ríes y te diré quién eres…


Era tu mejor amiga, durante años siempre tuvo una sonrisa para ti; entonces, ¿por qué te traicionaría? Aunque, cueste admitirlo tras una sonrisa se puede esconder muchas emociones y rasgos de la personalidad, que no tiene nada que ver con la sinceridad ni diversión.

¡Aquí lo importante es escuchar y observar! Para empezar puedes reflexionar sobre lo que al otro le da risa. De acuerdo con Harvery Mindess, ante la American Psychological Association, señala que las personas que ríen abiertamente ante un chiste “sin sentido”, poseen seguridad en sí mismos y alta autoestima.

Por otro lado, este acto de socialización puede revelar:

1. RISA REPRIMIDA

Esta se caracteriza por un sonido forzado, y habla de que la persona vivió o vive en un entorno, donde el silencio o mantener el control es esencial. Suelen ser de carácter alegre, pero de temperamento fuerte.

2. RISA CORTA

Inhalan cada vez que tratan de reprimir este gesto. Es un gesto frecuente en personas tímidas o modestas.

3. CARCAJADAS (NO LLEGAN A LA EXAGERACIÓN)

Suele ser espontánea y refleja a una persona segura de sí misma y que tiene la capacidad de reír de sí mismo y de sus creencias, ya que las tiene muy firmes; es decir, es flexible no hipócrita.

4. MUECA SIN SONIDO

Aunque te decepcione, no es gesto de poca sinceridad, sino de buen sentido del humor; pero, tienden a ser discretos y muy reservados con sus problemas personales.

¡Ojo! Las personas que gustan de chistes con contexto sexual o que haga referencia a un problema de salud, suelen ser impulsivos, irritables o celosos.

Recuerda, no porque rían contigo todo el tiempo o porque muestren una sonrisa ante tus comentarios o acciones significa que es sincera contigo. ¡Aprende a valorar a las personas por sus actos, y eso se ve con los años, no en meses!

Conoce tu proyecto de vida

Aunque no lo sepas, tu vida ya tiene un proyecto; sin embargo, podemos volver a crear otro que te sea más satisfactorio y que te permita gustar de tu vida, del poder mágico de tus dos mentes y de tus decisiones de ser una persona buena y triunfadora en este mundo.

La mala voluntad y los estados negativos de las personas les van produciendo muchas infelicidades en su vida y esas situaciones provienen en su mayor parte del desconocimiento de la idea de que podemos reordenar nuestra vida parcialmente o por completo elaborando un nuevo plan de vida.

Se trata de hacer un nuevo mapa de tu vida, de visualizar o de analizar acerca de dónde estás actualmente y de decidir a dónde quieres llegar. Para logarlo debes analizar tus problemas crónicos y decidir ponerles una solución a cada uno de ellos. Debes hacer una lista de tus deseos, otra de tus determinaciones y decidir cómo quieres vivir y cómo quieres utilizar tu poder interior para hacer que las cosas cambien o mejoren como debe ser.

Tenemos dos planos imaginarios en los que vivimos, el plano negativo y el plano positivo. Es deber nuestro decidir si optamos por lo negativo o por lo positivo; tu proyecto de vida solo funcionará adecuadamente si eliges el plano positivo, pues en el plano negativo las personas no quieren saber nada de la buena voluntad ni de una forma constructiva de vivir.

Las personas que viven en el plano negativo solo piensan en sí mismas y solo les importa su yo y nada más, y cualquier apariencia de estar interesadas en las demás personas es solo eso, apariencia e interés personal y nada más. En ese contexto es un poco difícil tomar conciencia de la realidad de la propia vida y de las consecuencias de vivir con mala actitud o practicando lo opuesto a la constructividad o superación personal.

En cualquier proyecto debes aprender a dar forma a las ideas que forman tu intención original e ir descubriendo qué es lo que quieres lograr con tu proyecto haciendo una lista de las cosas que quieres. Debes hacer una segunda lista para exponer los resultados que pretendes conseguir y, finalmente, una tercera lista en la que expongas los premios emocionales que serán la motivación del proyecto. Así que ya lo sabes, tienes las ideas fundamentales y las acciones que debes hacer para tener un registro de tu proyecto de vida y de esta manera tus ideas acerca de cómo vivir con éxito, de cómo resolver todos tus problemas y de cómo mantener una actividad de autosuperación.

lunes, 25 de julio de 2016

Lecturas sutiles Apuntes sobre el odio y el amor (parte 2)

4) “El amor ciertamente, hace señas, y es siempre recíproco” (Jacques Lacan, Seminario 20, p.12. 1981). De lo que se tra- ta en el amor es de los signos que lo rodean y de esperar que el otro los interprete.

El amor tiene gran parte de su gracia en los giros, en las vueltas que se hace sobre el otro amado; llevando a los seres humanos a situaciones cómicas y también dramáticas cuando se trata de la conquista y el enamoramiento.

Asimismo, siempre se espera del amado también señales de amor, reciprocidad. Es dudosa la idea de la existencia del amor incondicional, ya que en el amor se tiene como condición recibir amor; el amante siempre espera el amor del amado.

El odio, en cambio, es más directo, no precisa de rodeos ni de pretensiones que buscan que el otro traduzca las acciones. Podría decirse que es de traducción inmediata. Es más difícil dudar del odio que alguien nos profesa que de su amor, que siempre

tiene un velo que no deja entrever las intenciones.

El odio no pretende la reciprocidad, ya que no se

dirige a un semejante del cual se espera recibir lo mismo. El odio es destrucción del semejante y si ese es su fin, por supuesto, que no se espera nada a cambio; puesto que no se puede recibir nada de aquello que está destruido.

5) Se ama creyendo encontrar en el otro esa parte faltante que podría complementar la propia existencia. El amor es un buen recurso para cubrir las propias faltas, los propios defectos. Se anhela que el amado sea eso que uno no es, lo que uno quiere ser o lo que uno fue y dejó de ser. Como fuese, el amor siempre apunta a completar el ser, pero a la vez es un velo para no saber de lo que falta en el propio ser o de lo que uno realmente es. Por eso Lacan dirá que el amor es siempre ignorante.

El odio no es velo, es revelación, no se trata de ocultar las faltas del otro; se las desenmascara. Pero el odio también conlleva un nivel de ignorancia: en el hecho de odiar la persona no descubre nada sobresaliente de su ser, se sigue desconociendo los propios deseos y satisfacciones. Tanto amor como odio, al estar tan comprometidos con el otro, al estar tan anudados al semejante, llevan al sujeto que ama o que odia a desconocer la esencia de su propio ser. Tanto es así, que solo los que rodean al amante o al que odia pueden percibir cambios que los vuelven irreconocibles, incluso pueden apreciar como el amor o el odio terminan consumiendo al sujeto.

6) Por último, otra idea común que se posee sobre el amor y el odio es que son sentimientos, en realidad se tratan de pasiones –a decir de Lacan. Una pasión es un afecto con representación discursiva, un afecto del cual se puede hablar, pero con la característica de que se trata de un afecto que excede al lenguaje. Afecto y lenguaje son irreconciliables en una pasión, el afecto aparece como desbordante; así, el amor y el odio, conllevan una fuerza pasional que puede no tener límites. Se pueden cometer los más grandes crímenes cuando uno es tomado por la pasión amorosa o por el odio.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario sobre la columna, contactarse con Claudia Méndez del Carpio al correo

claudiamen@hotmail.com.

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Enrique Ortega llegó a Cochabamba para dictar un taller de superaprendizaje destinado a personas de todas las edades

¿Se imagina aprender un gran número de palabras, conceptos o teléfonos en pocos minutos?

Parece imposible pero se puede

alcanzar, gracias a las técnicas de supermemoria de Enrique Ortega Salinas, investigador uruguayo que llegó a Bolivia para pregonar su método educativo.

Ortega es conocido en nuestro país debido a su participación en el programa “Súper Cerebros” de National Geographic Channel, el canal televisado por cable como NatGeo; además, su nombre figura en el libro Guinness por su memoria y es disertante en las principales universidades en once países del mundo.

Según Ortega, todos nacemos con la capacidad potencial de un superdotado, la clave para desarrollar estas habilidades es razonar y adoptar diferentes métodos que permitan a las personas un mayor aprendizaje.

“En mis seminarios los estudiantes logran dejar de ‘leer sin leer’ y leer- razonando- centenares de oraciones, numeradas de la primera a la última, y repetirlas sin que falte ninguna.

También les aporto técnicas para aprender idiomas de manera vertiginosa”, comentó Ortega en una entrevista para la Revista Así, realizada en el ambientes del hotel Toloma.

El investigador manifiesta que su método no es un truco de magia, sino que es una técnica donde la lectura se realiza con un ritmo normal, crítico y analítico que “rinde por 10” y sobre todo, fomenta el entusiasmo por aprender.

“Descubrimos un sistema un poquitito más lento en cuanto al ritmo pero con resultados impresionantes”, dijo.

Esta técnica consiste en asociar cada palabra con la siguiente visualizándolas, viendo mentalmente a ambos objetos, cosas o personas.

“Memorizar listas de palabras es muy importante, ya que cuando apliquemos algunos métodos de estudio tendremos que recordar una serie de términos considerados “claves” que nos ayudarán a rememorar toda una lección completa”, enfatizó.

Ortega realizó un ejemplo, escribiendo 20 palabras, entre ellas: bailar, pintura y contrabajo. La técnica se aplica imaginando de la siguiente manera: visualice con nitidez una pareja bailando (bailar); un artista la observa y la dibuja (pintura); un músico destroza la pintura golpeándola con su contrabajo y así sucesivamente con el resto de las palabras. La persona debe repetirlas recordando las asociaciones antes de continuar con la lectura. Según Ortega, este método requiere de aplicación diaria, controlando el tiempo que se lleva en memorizar una lista semejante, para así sorprender a los amigos y a uno mismo con sus propias capacidades de memoria.




Cuando no esperas nada… todo llega

Es posible que más de uno piense que eso de “no esperar nada” puede encerrar una actitud derrotista, de quien se deja llevar por los hilos de otros y por las circunstancias. Nada más lejos de la realidad. No esperar nada y permitir que las cosas lleguen, es actuar con equilibrio, apertura y permisividad interior.

En el día a día y aunque te parezca lo contrario, solemos acumular muchas actitudes y pensamientos limitantes. Lo hacemos casi sin darnos cuenta… “Casi que no le propongo esto porque me va a decir que no”. “Mejor lo intento otro día porque seguro que fracaso”.

En ocasiones, somos nosotros mismos los artífices de esos muros que impiden que las cosas lleguen. Debemos estar abiertos, de mente y corazón: te enseñamos cómo conseguirlo.

Desactivando actitudes limitantes

Empezaremos haciéndote una pequeña reflexión: si no somos conscientes de nuestras propias actitudes limitantes, nunca podremos derribar esos muros que nos impiden que las cosas lleguen. Para ello, para darnos cuenta de muchas de esas cosas que tenemos “alojadas” en nuestro interior, y que nos cortan las alas del crecimiento y parte de nuestra felicidad, debemos entender de dónde vienen las actitudes limitantes:

* Nuestra educación

Una buena parte de lo que somos ahora, hunde sus raíces en esas etapas tempranas en las que construimos el vínculo con nuestros padres, abuelos y hermanos. Si no nos ofrecieron seguridad, si criticaron nuestros pensamientos e ideas, si nos sobreprotegieron o no nos demostraron cariño alguno, todo ello ha dejado huella en nosotros.

Es muy posible que a medida que madurarás, intentarás cambiar en ti muchas de esas actitudes limitantes. Que te atrevieras a hacer lo que decían que nunca harías.

* Experiencias negativas no gestionadas de forma adecuada

Si te abandonó tu pareja, nunca caigas en el error de pensar que no mereces ser amado. Afronta el duelo con entereza, avanza siendo resiliente y abre tus esperanzas a la vida atreviéndote de nuevo a querer y a dejarte querer.

Si fracasas en un proyecto, no te rindas ni te atribuyas ideas como que no eres apto, que no eres hábil, capaz.

Reestructura tus pensamientos, aprende de los errores, obtén un aprendizaje y enfócate de nuevo hacia ese propósito.

* Permitirnos no esperar nada, soñándolo todo

La actitud no es no esperar nada, en absoluto. Sino que se trata reestructurar un poco nuestra actitud hacia la vida, hacia nosotros mismos, permitiéndonos que las cosas pasen.

Te explicamos cómo:

Evita la “visión de túnel”

Puede que tengas esos días en que pienses que nada tiene solución, que las cosas “son como son” y que no hay otro remedio más que lo inevitable. Desactiva esos pensamientos. Tampoco hace falta ensalzar un “positivismo ciego” que nos cree falsas esperanzas.

Deja a un lado lo que sientes y piensa en lo que necesitas

Nuestra actitud hacia la vida siempre debe ser abierta, tranquila y segura. Mientras sepas cuáles son tus prioridades en el día a día, las cosas irán sucediéndose tal y como deben, simplemente a tu ritmo.

sábado, 23 de julio de 2016

El valor de la amistad

Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un sendero cuando, de repente, después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta que tanto él como su alazán y su can hacía apenas unas horas habían sufrido un accidente.

Reflexionando se dio cuenta de que los tres, además, habían muerto en infortunio. Así es, hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición.

Y así, muertos, continuaron su marcha montaña arriba, bajo un sol inclemente que, misteriosamente, los castigaba igual que si estuvieran vivos. Después de mucho caminar, ya exhaustos, estaban necesitando desesperadamente beber un poco de agua. En una curva del camino avistaron un hermoso paraje.

Acercándose llegaron ante un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba un agua cristalina.

El caminante, parado con sus compañeros de viaje ante ese portón, se dirigió al hombre que majestuoso guardaba la entrada.

-Buen día, dijo el caminante.

- Buen día, respondió el hombre.

- ¿Qué lugar es éste, tan lindo? -preguntó el caminante.

-Esto es el Cielo. -fue la respuesta.

-Qué bueno que nosotros llegamos al Cielo. Pero tenemos muchísima sed, ¿podríamos beber un poco de agua? -preguntó el caminante.

-Usted puede entrar y beber toda el agua que desee -dijo el guardián, indicándole la fuente.

-Mi caballo y mi perro también tienen muchísima sed.

-Lo lamento mucho -le dijo el guarda-, aquí no se permite la entrada de animales.

El hombre se sintió muy abatido porque su sed era grande, pero no quería entrar él solo y dejar a sus amigos, que lo acompañaban hacía tanto tiempo, muriéndose de sed mientras él se saciaba. Se despidió del hombre y prosiguió su camino. Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un apartado lugar en el que vislumbraron también un gran portón. Acercándose a él vieron que, a diferencia del anterior, éste estaba construido de forma mucho más sencilla. El lugar en sí también era más humilde: no había aquí un patio con mármoles ni piedras preciosas. El portón simplemente daba a un camino de tierra con árboles a ambos lados que le hacían sombra, y al fondo unas piedras de entre las cuales brotaba un fuente de agua cristalina. A la sombra del portón un hombre estaba recostado plácidamente.

Cubría su cabeza un sombrero, y parecía no haber percibido la llegada de los visitantes.

-Buen día -dijo el caminante. -Buen día -respondió el hombre al tiempo que se levantaba y descubría su cabeza. -Discúlpenos señor, estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro. -Pueden pasar los tres y beber de la fuente cuanto gusten -dijo el hombre, señalando el lugar.

El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.

-Muchas gracias -dijo el caminante al salir. -Vuelvan cuando quieran -respondió el hombre. -A propósito -dijo el caminante-, ¿cuál es el nombre de este lugar? -Este lugar se llama Cielo -respondió el hombre.

- ¿Cielo? ¡Más si el hombre que guardaba un hermoso portón de mármol que hemos encontrado en el camino me dijo que aquello era el Cielo!

-Aquello no es el Cielo, aquello es el Infierno.

El caminante quedó perplejo.

-Más entonces -dijo el caminante-, si esa información es falsa debe causar grandes daños y confusiones.

-De ninguna manera -respondió el hombre-. En verdad ellos nos hacen un gran favor, porque allí quedan aquellos que en su camino, por un simple trago de agua, son capaces de abandonar a sus mejores amigos...

El secreto de la felicidad

Cuando dos personas que se aman deciden unir sus vidas en sagrado matrimonio, lo hacen motivados por ese deseo ardiente que tienen de ser felices juntos, porque el fin del amor es la felicidad plena.

Pero este deseo de la felicidad conyugal muy pronto se ve frustrado, porque es reemplazado por otra clase de pensamientos y sentimientos negativos y distractivos, los cuales no contribuyen en nada a la consecución de ese deseo original de ser felices estando juntos.

Cabe aclarar que tanto la felicidad como la infelicidad, son las manifestaciones claras de nuestros pensamientos, los cuales a su vez crean nuestros sentimientos y éstos son los encargados de producir las distintas sensaciones y emociones en nuestras vidas, las que nos impulsan a actuar y a vivir de cierto modo (agradable o desagradable).

Todas las cosas en este mundo se generan a partir de la vida y son producidas por el pensamiento, el cual les da forma y vida a través del movimiento impulsado por nuestras acciones.

La felicidad es un sentimiento creado por nuestro pensamiento y se manifiesta a través de nuestras acciones, en la forma y el modo en que vivimos, ya sea solos o acompañados con alguien. Pero los seres humanos no somos felices por el simple hecho de vivir con alguien o en determinado lugar, sino que lo somos porque un principio existente de felicidad hay dentro de nosotros.

Es por eso que ésta depende más de la forma cómo piensa alguien que de la persona que tenga a su lado, ya que donde no hay felicidad no hay vida.

La fe también contribuye en gran manera en la consecución de nuestros objetivos de ser felices en la vida, porque si uno no cree en lo que piensa tampoco puede pensar en lo que hace, y si uno hace las cosas sin pensar nada bueno se puede esperar de aquello.

Pensar en la felicidad y creer firmemente en ella es lo único que nos hará felices, pero si a tal pensamiento de felicidad no le damos forma y estilo, y no lo imprimimos en nuestra vida jamás podremos verla manifestarse en nosotros y sólo quedará en un bonito ideal, por eso como dijo el apóstol Pablo que "la fe sin obras está muerta".

Los seres humanos no somos felices por el simple hecho de pensar o de vivir con alguien, o de estar en algún determinado lugar de la Tierra, sino por encontrar la armonía entre el pensar, el creer y el hacer.

Si una persona quiere ser completamente feliz debe actuar en consecuencia con lo que piensa. Ser feliz no es cuestión de ciencia, sino de creencia y fuerza de voluntad para hacer lo que se tiene en mente, creyendo firmemente que se puede lograr. No vivamos en la incertidumbre de que si algún día podremos ser felices, sino vivamos en la certidumbre que sí es posible una vida de felicidad abundante, si es que así lo queremos.

Hagamos de la felicidad una forma de vida constante y permanente como si fuera nuestra religión, donde ambos vivamos bajo la sana influencia del mismo Dios, rigiendo nuestras vida bajo los mismos principios divinos, haciendo que nuestra doctrina de vida sea la sana convivencia, contagiemos a nuestra pareja con el mismo ánimo de ser feliz cada día, para que ambos estemos viviendo en sintonía.

Despojémonos de todo sentimiento negativo y perjudicial, dejemos a un lado nuestro mal carácter, orgullo y capricho, cubrámonos con el manto de la felicidad y hagamos de nuestro cónyuge no sólo nuestra pareja, sino nuestro cómplice de la felicidad, para que estemos siempre unidos en el mismo espíritu, en el mismo pensamiento y con los mismos sentimientos, con una fe inquebrantable para creer que sí es posible vivir en paz, en armonía y felicidad, a pesar de ser diferentes.

Pensarás que todo esto es un bonito cuento de fantasía. Pero si haces lo que te digo, y aplicas fielmente estos principios, muy pronto saltarás contento de alegría porque al llevar una vida feliz con tu pareja dirás "¡¡¡me saqué la lotería!!!".


viernes, 22 de julio de 2016

¿Cómo se aprende a ser feliz?

Si algo deberíamos aprender bien en esta vida, es ser feliz. Pero, ¿acaso alguien te puede enseñar esto? ¡Por supuesto! La Universidad de Harvard —una de las más prestigiosas del mundo— ofrece ahora un curso para aprender a ser feliz. Miles de personas que lo han tomado, aseguran que la vida les ha cambiado y se sienten mucho más alegres. Estuve investigando cómo enseñan el maravilloso arte de la felicidad, y descubrí que el famoso curso está basado en algunos de los siguientes puntos:

• Sé asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas. Se comprobó que “soltar la lengua” eleva tu autoestima, mientras que aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza.

• ¡Siéntete bella o atractiva! Lo dicen los estudios: 41% de las personas que piensan que se ven bien, son más felices. Así que saca tiempo para arreglarte y ponerte guapa.

• Paga por experiencias placenteras y no por cosas materiales. Un estudio demostró que las personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en vivencias, como viajes, ricas cenas, cursos, masajes, y no, cuando compraban artículos como joyas, ropa, muebles o un auto deportivo.

• No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Mientras más postergas lo que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe una lista de tareas a cumplir y empieza a ejecutarlas ya.

• Deja de quejarte y haz una lista de las cosas que tienes que agradecer y que te dan felicidad. ¡Saber que tienes mucho más de lo que a veces crees, te dará una alegría interna que no se cambia por nada!

Te motivo a que pongas en práctica estos consejitos, nunca está de más adquirir conocimientos, especialmente si se trata de aprender a ser feliz. Puedes ser un científico galardonado con un Premio Nobel, un actor famoso ganador de un Oscar o un poderoso empresario flotando en dinero… pero, si no sabes cómo disfrutar de la vida, de nada te sirve lo demás. Exprímele a cada día gotitas de felicidad.

jueves, 21 de julio de 2016

Comer frutas y verduras podría incrementar tu felicidad

Siempre hemos tenido claro que las frutas y las verduras le hacen bien a nuestro organismo, pero nunca ha-

bíamos tenido la certeza de que sean buenos para el estado de ánimo.

Eso hasta ahora, que los investigadores de las universidades de Queensland y Warwick, han publicado un estudio basado en la observación de la conducta de 12.385 personas escogidas al azar, donde se pudo concluir que el consumo extra de estos alimentos influiría en nuestro estado anímico.

Los investigadores estudiaron los alimentos diarios longitudinales de los participantes, con respecto a los años 2007, 2009 y 2013, y examinaron el efecto que una porción extra de frutas y verduras tuvo en el ánimo de las personas.

El estudio concluyó que las personas que pasaron de no comer nada de frutas o verduras a consumir cerca de ocho porciones diarias, incrementaron su nivel de felicidad. De hecho el estudio arrojó que el nivel de euforia y satisfacción que se produce, es similar a lo que pasa cuando una persona pasa de un estado de desempleo a empleo.

Si bien los científicos aún no están completamente seguros de qué es específicamente lo que causa el aumento en el estado anímico, se especula que puede haber una conexión entre el optimismo y los carotenoides en la sangre.

domingo, 17 de julio de 2016

¿Las personas inteligentes escuchan rock y heavy metal?

Todos hemos visto alguna vez a un ´melenudo´ embutido en unos pantalones elásticos, llevando una camiseta de Metallica y escuchando música en su mp3. Le observamos mientras menea su cabeza suavemente, suponemos que al ritmo de alguna canción de Iron Maiden, Black Sabbath o alguna otra banda de heavy metal.

Sin darnos cuenta, nos vienen a la mente todos esos estudios clásicos que dicen que las personas que escuchan este tipo de música tienen más tendencia a ser agresivos, o que incluso tienen un mayor riesgo de suicidarse.

Y sin embargo, más allá de los estereotipos, podríamos estar frente a un superdotado que intenta deshacerse de todas las tensiones y relajarse. Al menos así lo cuenta un estudio de la Universidad de Warwick.

Tras preguntar a más de mil estudiantes con altas capacidades intelectuales, encontraron que el rock era el estilo musical preferido por estos muchachos de entre 11 y 18 años.

Aquellos estudiantes comentaron que utilizaban el heavy metal para alcanzar una catarsis, como una forma de superar sus emociones negativas y afrontar la presión académica a la que estaban sometidos.

¿Escuchar heavy metal es propio de personas inteligentes?

Un trabajo presentado en la 18th Annual Conference of the Association for Psychological Science en Nueva York, mostraba que las personas que preferían la música alternativa, el rock y el heavy metal obtuvieron puntuaciones más altas en una medida objetiva de inteligencia.

Eran particularmente mejores en la capacidad de abstracción. Los autores del trabajo plantearon la posibilidad de que esto se debiera a la mayor frecuencia de metáforas y lenguaje abstracto que existe en las canciones propias de este estilo, al que están expuestos de forma recurrente los fans.

¿Cómo son los ´rockeros´ y los ´metal heads´? El rock, la música alternativa y el heavy metal fueron definidos en otra investigación como música ´intensa y rebelde´. Según este estudio, preferir este tipo de música se asocia con frecuencia a ciertos rasgos de personalidad como estar abierto a experiencias nuevas, disfrutar con el riesgo y ser físicamente activo. Sin embargo, no encontraron relación con el neuroticismo, como sería esperable según los estereotipos que asocian este estilo musical con las emociones negativas.

En definitiva, lo que está claro es que las apariencias engañan.

sábado, 16 de julio de 2016

8 Hábitos que tienen las personas exitosas



Todos hemos pasado por circunstancias diferentes que nos han impulsado a ser cada día mejores y sobre todo, a aprender de nuestros errores. La mayoría de las personas exitosas fallaron en el primer intento, pero nunca dejaron de creer en sí mismos para volverlo a intentar con tal de cumplir sus sueños. La clave está en nunca darse por vencido y seguir adelante. Si tú te consideras una persona exitosa y tienes aspiraciones, estos son los ocho hábitos que aplicándolos día con día, obtendrás grandes cosas.

Seguridad y confianza en ti mismo: ¡No importa lo que digan allá afuera! Si tú crees en ti y en que puedes lograrlo, ve por ello, ¡nada te detiene!

Los errores del pasado, quedan en el pasado: Nadie es perfecto y obviamente todos cometemos errores, pero está en ti que de esos errores aprendas y sigas adelante con una nueva iniciativa.

Jamás se limitan: ¡Los pretextos quedan fuera! No hay excusa válida cuando tienes una meta por cumplir.

Se enfocan en lo que quieren y no en sus miedos: Piensan positivamente, lo que te lleva a actuar con fuerza ante cualquier situación.

Prueban cosas nuevas: Lo desconocido obviamente es un reto, pero a una persona decidida le gusta vivir experiencias nuevas, con el fin de crecer personalmente.

Son responsables: Es un valor que destaca en una persona exitosa porque gracias a ello pueden cerrar ciclos y comenzar uno nuevo.

Se rodean de gente positiva: Se alejan de personas tóxicas y negativas y se rodean de gente con buen humor y buena actitud.

Cuidan su mente y cuerpo: Ser saludable haciendo ejercicio y una buena alimentación es vital para que tu cuerpo funcione correctamente y puedas dar el 100 cada día.

La razón detrás de la tristeza

Dice el saber popular que la ignorancia es la base de la felicidad y, según la ciencia, esa afirmación no estaría mal encaminada. Un estudio de una universidad canadiense ha hallado el vínculo entre cuadros depresivos y el cociente intelectual. Concretamente, encontró la relación entre síntomas de tristeza y ansiedad social, con la preocupación, la rumia y la capacidad de procesar información, así como la inteligencia. Tras entrevistar a 125 estudiantes, el equipo del profesor Alexander Penney se dio cuenta de que aquellos sujetos que presentaban mayores muestras de preocupación eran también los que sacaban mejores notas en los tests que medían su inteligencia.



Evolución y conciencia.

Aseguran los expertos que la preocupación es una herramienta para la evolución de la especie y fundamental para su supervivencia; de ahí que los más inteligentes sean quienes buscan soluciones a los problemas que se plantean y que el pensamiento crítico sea, a día de hoy, un mecanismo fundamental para reclutadores y líderes de grandes empresas.

Sin embargo, el poder que poseen los más inteligentes, también tiene su lastre. Según este mismo estudio, los más astutos tienen tienden a tener mayor cargo de conciencia, puesto que tienen mejor memoria para recordar el pasado y se cuestionan cómo hubiesen podido actuar mejor.

Una postura que ya defendió Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los pioneros en el estudio de la felicidad y padre de la Psicología Positiva. Él concluyó que quienes tienen un cociente intelectual más elevado suelen registrar también mayores signos de tristeza, puesto que los genios más destacados suelen ser también personas más sacrificadas y más solitarias. Así lo recogió en su libro Creatividad, para el que entrevistó a 91 gurús de diversas disciplinas, 14 de ellos poseedores de un premio Nobel.



Sabiduría

Otros análisis que vinculaban el cociente intelectual con la infelicidad aducían a la angustia de la existencia vital, la frustración por no alcanzar expectativas inicialmente planteadas o los propios reproches ante un error, puesto que la inteligencia no garantiza el éxito ante la toma de decisiones.

Según defiende el profesor Igor Grossman de la Universidad de Waterloo, deberíamos recuperar el concepto de sabiduría y diferenciarlo de la inteligencia. “Si uno se fija en la definición de sabiduría, mucha gente coincide en que es la capacidad para tomar decisiones de una forma imparcial”, explicó a BBC. El científico encontró en uno de sus estudios que quienes mostraban una mayor sabiduría registraban también mayores índices de satisfacción, además de una mayor calidad en sus relaciones personales, menores síntomas de ansiedad e incluso una mayor esperanza de vida.





Toma té negro

Sabemos que amas tu café de las mañanas, pero un cambio no te vendría mal. Además de no tener calorías, el té negro es conocido por su alto contenido de selenio, un mineral que estimula el buen estado de ánimo. Un consumo moderado (no más de tres tazas al día) te ayudará a sentirte mejor.



La preocupación es una herramienta para la evolución de la especie y fundamental para su supervivencia.

jueves, 14 de julio de 2016

Sufrimiento, ¿frustración o yunque?

No existe vida humana a la que no le llegue, en algún momento, el dolor o sea probada por algún tipo de sufrimiento. Nos acompaña, desde la cuna hasta la sepultura, adoptando rostros diversos, como son las graves limitaciones físicas, las diversas patologías que afectan al psiquismo, situaciones de miseria, de explotación, de maltrato, de dramas familiares que hacen tambalearse nuestros universos afectivos, de circunstancias diversas que en ningún caso hemos elegido, nos dejan sumidos en el desconcierto y ponen a prueba nuestra capacidad de resiliencia y de encaje del infortunio.

La resistencia frente a la adversidad y la forma como la abordamos constituye, muy probablemente, uno de los más fiable indicadores de fortaleza moral que puede acreditar un ser humano.

Sufre el hombre en su existencia porque ésta es, por su propia naturaleza, caduca, finita, acechada, desde su propio origen, aunque en ello no piense, por la situación límite de la muerte que nos pone ante el espejo de nuestra radical contingencia. Sufre porque le es imposible dar la espalda al hecho de que en la vida, en toda vida humana, lo positivo y lo negativo, el bienestar y el dolor, la experiencia de éxito y la conciencia de derrota se hallan unidas.

Pero esa patente inevitabilidad del sufrimiento no conduce, no debe conducir, inexorablemente, al nihilismo o a la desesperación de quienes se sienten definitivamente derrotados, sino más bien servir de acicate y estímulo para contactar con lo más hondo del propio ser. Para hacer aflorar, desde él, los recursos que permiten al hombre vivir orgullosamente erguido, desde la conciencia de una dignidad que no hay dolor ni sufrimiento que pueda poner en cuestión. Porque, como señala certeramente Tony de Mello, el sufrimiento nos ayuda a despertar, a hacernos cargo de nuestra palmaria fragilidad para desde ella, y una vez sanados de nuestras heridas narcisistas, afrontar la propia existencia con voluntad de superación y ánimo esperanzado.

Desde esa madura aceptación del sufrimiento, es preciso luchar contra él. La invitación a ser feliz, a pesar de las innumerables dificultades que constriñen la existencia humana, no es, procediendo de Jaspers, una elucubración ajena a la vida. Su actitud vital y filosófica frente a las limitaciones que desde su infancia pusieron a prueba su fortaleza moral, le convierten en un verdadero paradigma de cómo es posible hacer frente al infortunio. No se dejó vencer por enfermedades pulmonares incurables, ni por afecciones reumatoides e intestinales que le afectaron desde su más tierna edad. Supo hacerles frente con dignidad y siguiendo la estela de la vocación que urgía su corazón.

La experiencia vital de Jaspers, así como la de tantas otras personas, especialmente probadas en el yunque de la adversidad, patentiza que los seres humanos pueden convertir en oportunidades de crecimiento y desarrollo personal las circunstancias personales más penosas, que no es inevitable caer en los brazos de la desesperación por más que sean importantes las calamidades que puedan afligirnos.

Así lo creyó también Victor Franckl. El reconocido psiquiatra vienés nos ha dejado El hombre en busca de sentido, un formidable testimonio en el que se niega a admitir que el sufrimiento, por terrible que éste sea, conduzca inevitablemente a la destrucción personal o a la pérdida de toda esperanza. Su experiencia de prisionero en un campo de concentración, el análisis de sus propias vivencias y la observación de las reacciones de sus compañeros de infortunio, le llevan a sostener que el ser humano encuentra recursos, aún en medio de las más terribles pruebas, para mantener su dignidad y no dejarse aniquilar por el mal, con independencia del rostro que éste pueda adoptar en cada momento.

Descubrir el sentido de la propia existencia, el sentido que pueden tener para nosotros los más duros retos a que somos sometidos es la mejor garantía de que no seremos anulados por las innumerables limitaciones que nos son propias. Quizás cuando nos golpee el infortunio y seamos castigados por penalidades que se nos antojan insoportables, quizás en esos momentos podríamos sustituir la un tanto absurda o poco realista pregunta de "por qué a mí", por otra mucho más productiva para nuestro equilibrio psicológico de "para qué a mí". Mientras que la primera es una expresión de narcisismo la segunda nos brinda la oportunidad de afrontar cualquier tipo de sufrimiento tratando de adivinar qué podemos aprender de él, en qué medida nos puede ayudar a madurar, cómo podemos instrumentalizarlo para crecer como seres humanos.

Alimentos contra la depresión

AVENA

La depresión está íntimamente ligada a los niveles de azúcar en la sangre. Los alimentos adecuados pueden ayudarle a balancear la glucosa en su cuerpo, calmar el sistema nervioso y mejorar su bienestar emocional.

NUECES

No es casualidad que las nueces se asemejen al cerebro humano. Las nueces son ricas en ácido graso omega-3, un componente esencial para el buen funcionamiento del cerebro. Estudios han indicado que los niveles bajos de omega-3 pueden causar depresión. Disfrútelas como

SALMÓN

El salmón también es rico en ácidos grasos omega-3, los cuales estimulan la producción de serotonina en el cerebro. Este neurotransmisor tiene la capacidad de mejorar nuestro ánimo, regular nuestro apetito y ayudarnos a recordar. El salmón es muy rico preparado a la plancha y acompañado de vegetales.

SEMILLAS DE GIRASOL

Las semillas de girasol contienen altos niveles de vitamina B1, también conocida como tiamina. La tiamina ayuda a coordinar la actividad de los nervios y los músculos. Por eso le puede ayudar a lidiar con la ansiedad y los sentimientos de pánico. Escoja semillas bajas en sodio.

ARROZ INTEGRAL

El arroz integral es rico en vitaminas B1, B3 y ácido fólico, nutrientes indispensables para al sistema nervioso. Al ser un grano integral, este alimento regula los niveles de azúcar en la sangre, evitando los bajones de glucosa que pueden conducir al mal humor o la depresión.

PIMIENTOS VERDES

Además de tener un sabor delicioso, los pimientos verdes son una buena fuente de vitamina B6. Esta vitamina es esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso, puede ayudar a aliviar los sentimientos de depresión, pánico, ansiedad y tristeza. Se ha relacionado la falta de vitamina B6 con la demencia. Los pimientos también son una buena fuente de vitamina C, la cual fortalece el sistema inmunológico.

CHOCOLATE

Rico en antioxidantes, el chocolate es una forma natural de mejorar el ánimo debido a su alto nivel de feniletilamina, una sustancia que estimula al sistema nervioso. La feniletilamina estimula el sentido de euforia y el bienestar emocional. Elija chocolate que contenga 70 % cacao para que pueda aprovechar mejor sus beneficios.

HÍGADO DE CARNE DE RES

Sorprendentemente, el hígado de res es una buena fuente de vitamina D. A diferencia de la leche, el hígado contiene vitamina D en su estado natural, por lo cual el cuerpo la absorbe mejor. La vitamina D puede ayudar a aliviar la depresión y fortalecer los huesos.

ESPINACA

Popeye tenía razón que la espinaca es un gran alimento. Este vegetal es una buena fuente de hierro y vitamina B6, la cual ayuda a prevenir la depresión, ansiedad, pánico y tristeza. Disfruta de las espinacas en ensaladas o como acompañante cocida con ajo y cebolla.

ALIMENTOS PARA MEJORAR LA CIRCULACIÓN

Ajíes, naranjas, jengibre y hasta la deliciosa sandía. ¡Una sobredosis de salud y nutrición!

Llénate de fuerza interior


El estado en que vivimos a lo largo de nuestra vida es nuestro estado de ánimo variable y fluctuante; el cual está relacionado con la mente inconsciente, pues tal como está ese estado así estamos nosotros.

Aprender a modificar nuestros propios estados de ánimo es una tarea posible y deseable, aparte de, que si aprendemos a programar y reprogramar nuestra mente profunda, podremos emprender todas las tareas que necesitemos realizar en nuestra vida para llegar a nuestros objetivos y realizar nuestro designio de vida.

Así como la sugestión negativa de otras personas nos puede inducir a estados negativos, depresivos o de temor extremo, así nuestra propia sugestión positiva, nos puede inducir a estados positivos y absolutamente pro-activos, en los que podemos emprender y desarrollar cualquier tipo de acción y aprender de esta manera, que podemos sugestionarnos a nosotros mismos, que podemos animarnos y ayudarnos con nuestras propias palabras y mantener de esta manera, nuestra mente subconsciente en estado de dinamismo utilizable y disfrutar en los momentos en que decidamos actuar.

Lo que ocurre normalmente es que generamos palabras al azar y como provienen de estados negativos, terminamos por desanimarnos y desalentarnos nosotros mismos; para evitar esto, aprendamos pues a darnos apoyo; aliento y fuerza nosotros mismos, con nuestras propias palabras, como si animáramos a

alguna persona a la que realmente amamos y apreciamos muchísimo. Si lo hacemos, descubriremos que con este proceso de autosugestionarnos y de hablarnos a nosotros mismos en términos de animar a nuestro propio espíritu, obtendremos las fuerzas, las ganas y las determinaciones necesarias para realizar toda tarea que, por alguna razón, se volvió tediosa y que de todas maneras necesitamos realizar.

La idea es interesante, sencilla y práctica; puedes hablarte a ti mismo con la boca o con la mente y los resultados serán los mismos, la fuerza producida por tus propias palabras amorosas y positivas, pondrán en acción tu mente subconsciente, tu cuerpo y tus emociones y la tarea que necesite ser realizada, se concretará.

Para que mi querido lector o mi fiel lectora se forme una idea más o menos clara de cómo realizar esta acción, debe preguntarse ¿qué palabras le diría a un ser querido al cual quisiera animar, impulsar y apoyar? haz el ejercicio en tu imaginación y luego toma esas palabras y diríjelas a ti mismo y luego ve los resultados.

Puedes utilizar esta herramienta de animarte a ti mismo, para tener ganas de hacer las cosas; para hacer las cosas bien hechas; para hacer las cosas con prontitud y también, para divertirte mentalmente. Mientras las haces; reflexiona, saca tus propias conclusiones y ensaya el ejercicio y tu ser, tu vida, tu persona se habrá enriquecido con el aprendizaje de una herramienta de poder personal con la cual podrás dar orgullo, paz, alivio y satisfacción a tus progenitores que siempre han querido tu bien y tu buenaventura en esta vida, estén donde estén,

Ejercicio de autoestima: “Elija reconocer la presencia divina en toda persona que se cruce en su camino”.

sábado, 9 de julio de 2016

¿Qué es la preocupación y cuál es el daño que puede causar a nuestro cuerpo?

La preocupación es una forma negativa de hablar en el interior de nuestra cabeza creyendo que lo que se piensa ahí dentro no genera ni produce consecuencia alguna.

Cuando practicamos la conducta “preocuparse” o el estado mental llamado “preocupación” estamos programándonos para experimentar todo aquello que no queremos experimentar.

La preocupación es también una poderosa forma negativa de programar a nuestra mente subconsciente para que vaya creando nuestra realidad indeseable y produzca todos los resultados que no deseamos que sucedan en nuestra vida.

La importancia de entender y comprender con el alma, con el corazón y con nuestra mejor buena voluntad el concepto o idea de la palabra “preocupación” es crucial.

Sabemos que todas las palabras afectan a nuestras sicología personal y producen reacciones inconscientes que no pueden detenerse con la simple voluntad; por lo tanto, debemos aprender el concepto opuesto al de la conducta preocuparse que vendría a ser la conducta: “programar conscientemente con la imaginación y con nuestras palabras las escenas mentales representativas o simbólicas de los resultados que queremos que sucedan en nuestra vida”.

Vamos a un ejemplo para que aprendamos de inmediato a programar nuestra mente con programaciones mentales positivas y deseadas para que estas nos prueben la verdad inherente a toda persona que dice que toda persona es un ser espiritual con poderes mentales de manifestación.

Cuando dejamos de creernos “egos” (unidades corporales separadas de los demás y sujetas a las peores condiciones de vida) comenzamos a creernos seres espirituales que forman parte de todo la humanidad y de todo el universo entendiendo de este modo que, cualquier aprendizaje nuevo, sincero y positivo repercute en nuestra familia, en nuestros amigos y en algún nivel, en la humanidad entera.

Vamos al ejercicio: puede mantenerse sentado o puede recostarse, en ambos casos debe cerrar los ojos, realizar tres respiraciones profundas con el abdomen, después debe imaginar un valle con el color verde del pasto en sus diferentes matices, debe imaginar el cielo azul y las nubes blancas, debe verse a sí mismo con veinte o diez años menos años menos, luego debe observar un cuadro mental donde está sucediendo su objetivo o su milagro deseado.

Una persona que no tiene trabajo debe verse trabajando en su imaginación y debe perseverar en este ejercicio; una mamá que tenía su hijo con adicción al alcohol veía a su hijo sobrio pero tuvo que hacer ciertos cambios en su conciencia y en su identidad; como en su intimidad se creía mala, trataba mal a todo el mundo, se creía más lista que los demás vivía de la usura y el problema de su hijo era en realidad un recordatorio de que si no cambiaba su manera de ser, de obrar su hijo seguiría produciéndole su infierno personal. La amiga decidió intentar hacer esos cambios y aprendió a ser sincera, a pedir perdón a las personas que ignoraba o maltrataba y su imagen comenzó a funcionar, su hijo comenzó a dejar el vicio poco a poco y ahora, viven algo mejor, con menos violencia, con menos dramatizaciones y con una decisión sincera de vivir aprendiendo que todo infierno personal proviene de nuestras creencias negativas y poco inteligentes de creer que podemos pensar de una forma negativa en nuestro interior y que podemos engañar a la vida con una falsa sonrisa en nuestro exterior.

Las leyes de la vida existen y son sumamente precisas y las manifestaciones que tenemos en nuestra vida, en nuestra salud, en nuestro hogar nos revelan con mucha precisión lo que somos realmente como seres humanos y lo exitosos que somos o lo falsos que podamos ser; nos vemos en el artículo de mañana.

Para que en su casa cesen las hostilidades, las contiendas y las peleas deberá pensar con los ojos cerrados durante treinta días en todos sus momentos posibles: “Paz, paz, ahora vivo creando paz para mí mismo y para mi hogar”; nos vemos en el artículo de mañana.

Sugerencia de comunicación: Si le gustó el artículo puede escribirme a eduardokucharsky@gmail.com para comentarlo conmigo, será un gusto comunicarme con usted, si así lo desea.

Si desea tener una conversación con el autor o una consulta acerca de cualquier problema de su vida, llame a los teléfonos del encabezado (72513317-75807264-2488284), los problemas solo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.

viernes, 8 de julio de 2016

¿Te gustaría ser recordado?

Por supuesto que sí! Nadie quiere ser olvidado o quedar en el anonimato. A todo ser humano le gustaría dejar huella en la humanidad. Hitler dejó una mala y sin duda, la madre Teresa de Calcuta dejó una buena. Sin embargo, hoy día para dejar una huella marcada a nivel mundial, no tienes que ser un político, activista, celebridad o un autor que publique un libro tan famoso como Don Quijote de la Mancha y que será leído por muchos años venideros.

Con la llegada del Internet, se ha vuelto accesible para todos dejar un legado. Por medio de las redes sociales puedes ser recordado por siglos y siglos. Todo lo que escribas en Internet es como si estuvieras publicando un libro. Tus comentarios quedan plasmados para siempre y pasarán de generación en generación; desde los cuentos que haces de tus vacaciones, las fotos de los postres que has saboreado, hasta los chismes de la oficina y los ataques de celos de tu ex marido.

¿Alguna vez has reflexionado sobre la huella que dejan tus palabras escritas en Facebook, Twitter o algún blog? Date cuenta que después que mueras, tus nietos, bisnietos, tataranietos y cualquier extraño puede “gugolear” tu nombre y tener una imagen clara de tu ideología, carácter y valores de acuerdo a lo que compartías en la red cibernética.

Estudios sicológicos demuestran que lo que expresas en Internet es un reflejo de quien eres. Por eso, antes de plasmar tus éxitos, alegrías, críticas, fracasos, frustraciones y hasta bobadas, asegúrate de no postear algo que te avergonzaría que otros leyeran en un futuro.

También te recuerdo que jamás envíes fotos comprometedoras por texto, e-mail, o cualquier red social. Ni tan siquiera a tu mejor amigo. Y mucho menos a tu pareja, quien más adelante puede convertirse en un rencoroso ex.

Si quieres dejar una linda huella, abre un blog donde puedas escribir tu punto de vista y vivencias. Nadie mejor que tú para contar la historia a tus descendientes. De ahora en adelante, reflexiona antes de escribir y, sólo publica aquello que muestre tu calidad como ser humano.

jueves, 7 de julio de 2016

Energía de amor para la fuerza vital

Cuando la energía del amor fluye en nuestro cuerpo, este se llena de alegría, de bienestar y de vitalidad, cuando se envía energía de amor a distancia a otra persona, la relación se sana y se vuelve positiva. Se puede enviar energía de amor a cualquier persona de este mundo y al hacer este acto mental, emocional y físico a distancia podemos ayudar a un hijo que tiene problemas o que no le va bien en la vida, podemos enviar amor a nuestra pareja aunque vivamos con ella o no, podemos ayudar a cualquier amigo que tengamos en alta estima o finalmente, a cualquier persona de este mundo que esté contaminada con la negatividad automática e inconsciente.

Como nosotros, los seres humanos tenemos la inclinación a creer que siempre tenemos la razón sin darnos cuenta de que cada persona en este mundo tiene un mapa mental diferente, una formación diferente, una niñez diferente y muchas cosas diferentes.

Cuando nos damos cuenta de esta situación, podemos comenzar a considerar la posibilidad de ensayar la idea de que de nuestras manos salen energías que pueden proyectarse en nuestro propio cuerpo o en la imagen de cualquier persona que tengamos la intención de ayudar a modo de colaborar.

Los ejercicios que aprendemos son formas de amarnos a nosotros mismos y de amar a nuestro prójimo de manera útil y pragmática; los ejercicios mentales y emocionales producen efectos físicos y cuando conseguimos mejorar nuestra mente, mejora nuestro entendimiento, mejora nuestra comprensión y mejora nuestra madurez.

Si no aprendemos conocimientos nuevos en cada día y si no ensayamos esos conocimientos, no vamos mejorando, ni madurando ni evolucionando y cada día que vivamos de esa manera será un día perdido, un día perdido para uno mismo, un día perdido para la familia y un día perdido para toda la sociedad en general.

Vamos al ejercicio para que podamos proyectar a nuestro pecho una energía de amor para sanar los conflictos de nuestra niñez, los traumas de nuestra primera infancia y aún algunos problemas prenatales de los cuales no tenemos idea consciente pero que, se manifiestan como limitaciones mentales, como defectos de personalidad y como carencia de cualidades necesarias para vivir una vida digna y de superación que nos conduzca por los niveles más altos de la vida y por los caminos del aprendizaje y de la felicidad.

Nuestra mano izquierda debe estar orientada hacia arriba, nuestra mano derecha orientada hacia nuestro pecho y nuestra mente debe pensar: “energía del amor universal fluye y proyéctate desde mis manos”. Mantener esa posición durante cinco minutos y autoobservar los resultados y efectos agradables que se producen.

Muchos autores hablan del efecto benéfico de amarse a sí mismos y yo le añado una forma, uno opción, la proyección de energía vital hacia sí mismo y hacia otras personas que sean víctimas de la negatividad para poder aumentar su luz interna y para desearles salud y un mejoramiento en sus vidas en general.

Afirmación para escribir diez veces cada día por diez días: “Aprender de la fuente original es algo realmente sensacional”.

domingo, 3 de julio de 2016

Reinventarse es posible a cualquier edad

Vivimos una época de cambios y muchos hablan de un cambio de era. Reinventarse en el ámbito laboral o de las relaciones personales es una necesidad para muchos de nosotros. Los avances en medicina, tecnología, robótica, Internet rompen barreras. Con una sola conexión a Internet y un ordenador puedes crear tu propio estilo de vida y vivir de ello. Suena simple y desde luego requiere de mucho trabajo detrás, pero es una realidad que cada vez irá a más.

Si eres de los que piensan que no hay trabajo, que la vida es gris, que esto es un caos, que nuestros padres, abuelos vivían mucho mejor que nosotros la verdad es que nunca como hasta ahora hemos tenido tantas oportunidades a nivel de formación, aprendizaje, creatividad y creación de nuestros negocios propios.

Cierto que tenemos muchas barreras, pero hoy cualquiera puede aprender lo que se enseña en las mejores universidades del mundo, con una sola conexión a Internet y sin gastar apenas dinero. Antes, vivir en un pueblo perdido y proceder de una familia humilde era un verdadero impedimento para convertirse en alguien importante en la vida, acceder a una formación universitaria, conocer a gente interesante. En 2020, según Google, el planeta entero estará conectado a Internet. Jamás en la historia han existido tantas oportunidades como en el momento que estamos viviendo.

Puede que lo estés viendo todo muy negro en estos momentos pero es que nuestros pensamientos determinan nuestra vida. Donde te enfocas, va tu energía. Si te enfocas en la escasez, en lo que falta, en los problemas en vez de las soluciones, la abundancia y oportunidades, tus resultados serán como los habías previsto. Es la famosa profecía auto cumplida: creamos aquello que creemos.

Aunque suene paradójico, somos dueños de nuestras emociones. Las emociones son el resultado de nuestros pensamientos y creencias. Si mis creencias son negativas o limitantes, las emociones que generaré serán del mismo tipo.

Ser capaz de crecer y de reinventarse a uno mismo no depende de unas cualidades innatas extraordinarias. Todos podemos triunfar en la vida de acuerdo con nuestra realidad. ¿Cuál es la diferencia entre las personas que han superado unas discapacidades físicas enormes y el resto de personas que tienen una salud normal y sin embargo no son felices? Que los primeros no se rindieron y se adueñaron de sus problemas, se responsabilizaron de sus vidas, en vez de culpar a los demás o al destino o a sí mismos. Decidieron que era el momento de reinventarse y actuar, pese a las adversidades. Tomaron la decisión de que serían felices, pese a todo.

Algunos se preguntan si es posible reinventarse pasados los 40 o los 50 años. Todos sabemos que el mundo actual está en crisis. Pero ya no sólo crisis económica, sino de valores y, además, estamos viviendo una auténtica revolución laboral.

Si alguna vez te has planteado que existe una vida más allá de la rutina, si alguna vez has soñado con una manera diferente de vivir tu trabajo o incluso si has envidiado a personas que se están realizando a nivel profesional, que viven de su pasión, que aman lo que hacen y hacen aquello que aman, es que hay en ti esa necesidad, esa vocecita que de vez en cuando te hace despertar de tu letargo y te susurra que todo está en ti, que puedes y lo tienes todo a tu disposición para vivir la vida que quieres.

Sentirás vértigo, miedo, te enfrentarás a esas creencias que en realidad no son tuyas, esas voces del pasado y la educación, la familia, la sociedad entera. Tendrás que justificarte o explicar a los demás que lo que haces tiene sentido, que no te has vuelto loco, que te mueven esas ganas de crecer y superarte, que te mereces una vida mejor, una vida llena de significado, de realización personal, de creatividad, de valores.

Porque te has cansado, simplemente te niegas a seguir una vida sin sentido, levantándote cada mañana de mal humor para ir a un trabajo que no te aporta nada, para seguir acatando órdenes de tus superiores o invirtiendo tu precioso tiempo en algo en lo que no crees, algo que haces con el único propósito de sobrevivir. Porque te has dado cuenta de que otra realidad es posible y que tienes dentro un gran potencial que está pidiendo a gritos que lo liberes, que desea expresarse a través de ti, a través de tus talentos, tus pasiones y tu propósito vital. No hay que esperar a cumplir 80 años para preguntarse por qué no te has atrevido a apostar por tus sueños. Y es que la vida es demasiado corta para no vivir tu sueño.

Se vale estar triste a veces, y estar roto de vez en cuando

Se vale estar triste a veces, se vale estar roto de vez en cuando. No es necesario que seamos las personas alegres que todos quieren, ni esos que siempre sonríen y tienen ganas de hablar con los demás.

Es válido que dejemos que el corazón llore hasta secarse. Es humano, es real. Lo contrario obedece a la tiranía del optimismo excesivo, promueve la represión emocional, el encierro de uno mismo, el secuestro de nuestras vivencias.

Abrazar la vida, ser conscientes de que nuestras emociones negativas no tienen que ser, por definición, insanas. Que la tristeza, el enfado y la frustración nos ayudan a caminar, a enfrentarnos a lo que nos duele, a hacer una búsqueda de nuestro sentido de la realidad, tal cual la estamos viviendo.

La importancia de validar la vida

Lo anteriormente escrito define la vida, la normalidad. Es que no todo es color de rosa, ni todo nos hace sentir estupendos y mantener la sonrisa en el rostro.

Es importante incidir en este aspecto, educar nuestros pensamientos y comportamientos de manera conjunta a nuestras emociones. Aquellos días en los que no conseguimos levantarnos de la cama, que todo nos viene grande y que parece que el camino que labramos comienza a hundirse, esos días, son fantásticos para reflexionar y no venirnos abajo y no dejar que crezcan nuestros demonios.

Es esencial que como personas nos demos cuenta de que rompernos es un derecho y parte del proceso.

Es una etapa de cada uno de esos “microduelos” necesarios para elaborar y recomponer el mundo a nuestro gusto. Manifestaciones que, por otro lado, nos dicen que estamos vivos, que no es bueno que sigamos por ese lado o que hay algo que está cambiando en nuestro ser.

Así, la profundidad psicológica por la que se caracterizan los malos momentos revierte automáticamente en cambios de pensamientos, emociones y comportamientos. Dependerá de esa gestión que hacemos del malestar, o sea del permiso que nos damos, que podamos soltar gran parte de la carga que nos aprisiona.

En este sentido viene bien traer a colación el proceso de muda de la piel de las serpientes. Cuando la serpiente tiene que desprenderse de su piel vieja, escoge transitar por dos piedras próximas que le aprieten, le rasquen y le ayuden a eliminar su piel.

Ese tránsito le provoca dolor, pero le ayuda a deshacerse de lo viejo para dar lugar a lo nuevo.

Es el final de un proceso y el inicio de otro. Y, en ese tránsito, inevitablemente sufrimos. Si nos resistimos a atravesarlo, la angustia se incrementa, pues no soltamos lo que ya no nos aporta, lo que no necesitamos, ni damos espacio a lo que quiere nacer. La liberación viene, pues, del aprendizaje que subyace a esa rotura.

Sentir que nuestro interior se resquebraja nos hace plantearnos cuestiones que antes ni siquiera contemplábamos. Ahí redunda uno de los grandes beneficios, el cual solo podemos apreciar si abrazamos la presencia de “los demonios” que nos atormentan día tras día por el mal concepto que tenemos de ellos.

Así, resulta curioso cómo nos desnudamos cuando más frío hace, como rasgamos nuestras vestiduras en nuestra búsqueda de una felicidad que nunca llega porque, en sí misma, la tenemos mal conceptualizada.

Somos de extremos y, por lo tanto, no nos permitimos más que el fuego abrasador y el frío intenso. Ahí radica el problema.

Si abrazamos nuestras emociones y les damos la mano a través de los pensamientos y de los comportamientos, tomaremos una decisión que fundamentará nuestro crecimiento toda la vida. ¿Qué decisión? La de respetarnos, aprender de nosotros mismos y seguir caminando con el calzado adecuado sea cual sea el sendero.

10 Ideas para aliviar la tristeza

Si nos dan a elegir, la mayoría preferimos estar alegres, que es justo lo contrario, pero ocurre que la alegría y la tristeza se suelen encadenar en la vida.

Aquí les apuntaremos ideas para sobrellevar ese estado de abatimiento y hacer que pase lo antes posible.

1. Si tienes ganas de llorar, llora. Desahógate, que eso es mejor que quedarse con un pellizco en el corazón.

2. Céntrate en el momento presente. Muchas veces la ansiedad y la tristeza llegan por tener los ojos puestos en un futuro incierto o en hechos que ya han quedado atrás.

3. Toma conciencia de que la tristeza es pasajera. Ten fe en que es así.

4. Cuida de tu cuerpo. Mímalo, relájalo… Escúchalo para saber qué te pide y comienza a velar por él.

5. Mantente ocupado. Muévete o involúcrate en una actividad que te haga concentrarte solo en ella.

6. Sal a que te dé el aire fresco y un poquito de sol. Un simple paseo de 20 minutos puede bastar para despejar tu mente o empezar a practicar yoga.

7. Lee algo reconfortante o, quizás, tu revista favorita.

8. Charla un ratito con alguien, ya sea con la intención de desahogarte o de hablar de cualquier asunto trivial.

9. Si prefieres estar a solas, escribe lo que sientes o aquello que se te ocurra.

10. Haz algo que ayude a otra persona. Ocasiones no te faltarán y esas pequeñas alegrías te ayudarán a levantarte.

Me reservo el derecho de estar triste, de sentirme mal porque no es justo o porque algo no está bien.

Me lo reservo porque lo contrario me presiona y me deprime. Esos son mis demonios y he de decir que en realidad no son tan malvados.

Ellos me piden que los comprenda y me dicen que lo que siento es la vida y que el mundo es el paraíso que yo quiera crear.

Por eso hoy les abrazo y les escucho, me limito a ser yo, a sentirme en el mundo, a comprender que el sufrimiento es una parte de la vida tan importante como el bienestar.

Tú y yo tenemos demonios

Imagínate que hay alguien que te dice que puedes estar triste, que es normal que lo estés y que, de hecho, debes estarlo de vez en cuando.

Imagina que ese alguien eres tú, aceptando tus emociones y gritándole al mundo entero que no has tenido un buen día, por la simple razón de que no todos pueden ser buenos.

De hecho, parece que sentirse mal y creerse mentalmente sano o sufrir y vivir la vida no forman buenas parejas culturales. De la misma forma, si a alguien se le ocurre decir “me siento mal pero estoy bien”, se le mira con extrañeza y tratando de discernir cuál es su peculiaridad.

Hemos caído en la trampa de exigir un exceso de optimismo a nuestras vidas. Hemos ignorado que no debemos de aprender la lección sin cuestionarla y, ahora, pagamos las consecuencias de asumir que no sufrir es un valor al alza para la cuenta de la vida y que lo correcto es mover nuestros millones para conseguir evitar las complicaciones y entonces “tener vida”.

Muchas personas aseguran que su mayor crecimiento y desarrollo como seres humanos han provenido del dolor y del pesar, no del placer. Así que, cuando necesitamos sentirnos tristes, es un error tratar de apresurar el proceso de sobrellevar nuestro sufrimiento, decepción o pena. La felicidad por lo general nos llega en momentos súbitos y fugaces; en cambio, asimilar nuestras emociones más sombrías nos lleva tiempo.

Para curar la tristeza es necesario aprender a ver la vida con nuevos ojos. Dice un refrán en la física cuántica: “Cambia la forma de ver las cosas y cambiará la realidad“.

sábado, 2 de julio de 2016

Cómo la tecnología puede ayudarte a superar la depresión



Por mucho tiempo, la tecnología ha sido culpada de tener consecuencias negativas sobre personas propensas a padecer de enfermedades mentales como depresión, ansiedad y estrés: se nos ha dicho que la relación entre una persona y su dispositivo puede volverse patológica, ocasionando cuadros similares a los de las adicciones a sustancias dañinas. Sin embargo, el lado contrario de la moneda suele ser ignorado: las formas en las que la omnipresencia de la tecnología podría ayudarnos a mantener a raya la depresión y la ansiedad.

Mide tu felicidad

“Track your Happiness” es un proyecto de Matt Killingsworth como parte de su investigación de doctorado en Harvard. Consiste en un sitio web (que puede ser usado conjuntamente con una aplicación para iPhone o por separado) que te envía recordatorios tres veces al día durante un mes, haciéndote contestar una serie de preguntas a través de las cuales podrás averiguar qué factores se encuentran asociados con tu felicidad. El informe que te mostrará al final es extremadamente personal, y puede llevarte a descubrir cosas que a priori te parezcan poco intuitivas, como que seas más feliz cuando estás solo que acompañado de otras personas, o como que te haga más feliz hacer cosas que tienes que hacer que aquellas que quieres hacer.

Además de ayudar en la investigación para entender mejor las causas de la felicidad en general, te ayudará personalmente a comprenderte mejor y saber qué cosas te hacen feliz e infeliz a lo largo de tus actividades cotidianas.

Aplicaciones para la depresión y la ansiedad

Existen una serie de aplicaciones para distintas plataformas que pueden ayudarte a desarrollar hábitos positivos, así como a aprender herramientas para manejar momentos difíciles. Por ejemplo, “What's Up?” es una aplicación que ofrece ejercicios de relajación, técnicas de respiración, así como un diario y una herramienta para medir tus hábitos positivos y negativos que podrían estar afectando tu estado de ánimo.

En ocasiones, conversar con otras personas puede ayudar: “7 cups” es una aplicación para conversaciones anónimas y confidenciales que pueden prestarte apoyo emocional. La aplicación está en inglés, pero si consigues entender lo suficiente para navegarla, puedes encontrar chats y grupos en español.

Por último, “Pacífica” ofrece herramientas basadas en la terapia cognitivo-conductual, que te ayudan a relajarte y manejar la ansiedad. Contiene un medidor del estado de ánimo que te permite ver cómo mejora o empeora a lo largo del tiempo, así como añadir notas para que puedas relacionar las diferentes situaciones o desencadenantes de un estado de ánimo determinado (la compañía de ciertas personas, factores de alimentación, ejercicio, etcétera).

¿Te sientes mal?

“Feel like shit?” es probablemente mi herramienta favorita de esta lista: una guía interactiva de cuidado personal. Quienes sufren de depresión, ansiedad u otros trastornos sicológicos frecuentemente tienen problemas detectando las señales de su cuerpo que indican que necesitan ciertos cuidados (descanso, comida, ejercicio). Esta guía facilita muchísimo tomar las medidas necesarias para alcanzar un nivel de flotación en términos de bienestar, haciéndote preguntas sencillas de contestar e indicándote con claridad algunas acciones simples que puedes llevar a cabo en pocos minutos para sentirte mejor. Lamentablemente sólo está en inglés, pero el lenguaje es suficientemente simple para que “Google Translate” pueda ayudarte si tienes algún problema en entenderla.

Si bien es cierto que la tecnología puede ser usada para aislarte y empeorar tus problemas anímicos, también puede ser una herramienta para ofrecernos apoyo, guía, e incluso la posibilidad de comunicarnos con otras personas que puedan brindarnos ayuda. Lo más importante es recordar que la depresión no es más que una enfermedad, y como tal puede ser tratada: tomar las medidas que estén en nuestras manos, y buscar ayuda si la necesitamos.