martes, 31 de enero de 2012

Del gran libro de Fábulas El grillo

Cierto día, un humilde grillo, triste y solitario, observaba desde su oscura cueva a cierta hermosa mariposilla que revoloteaba alegre entre las flores de la pradera, luciendo sus delicadas alas, bordadas con oro y seda.

Volaba la mariposa, como soberana de la primavera, posándose entre las flores más bellas del campo, que al recibirla se abrían para ofrecerle el néctar de la vida.

–¡Ah!– suspira el pobre grillo lleno de tristeza en su espiga –¡Qué distinta es nuestra suerte! A ti, la Naturaleza te regaló sus mejores tesoros, mientras yo tengo que vivir en la oscuridad de mi cueva, sepultado entre las miserias del campo. No tengo ningún atributo, mi presencia causa repulsa; nadie se acuerda de mi; ¡como si yo no existiera!

Mientras así el pobre grillo se lamentaba, siete u ocho rapazuelos en el prado se presentaron, y en pos de la mariposa se lanzaron a la carrera. Gorras y pañuelos le arrojaban para atraparla, inútilmente la mariposilla por verse libre se esforzaba; que pronto aquellos rapaces entre sus manos le toman presionera, le arrancan su alas y le aplastan sin piedad alguna su cabeza.

El grillo espantado, dijo al mirar aquella la terrible escena:

–Jamás volveré a quejarme... mi apariencia a nadie atrae, y en mi cueva nadie me molesta. Y diciéndose así se fue alegre y seguro, de brinco en brinco, en busca de una espiga

Moraleja:

No reniegues de tu estado, sé feliz con lo que eres y tienes, pues la vida es un tesoro. Recuerda que la belleza como la dicha no es eterna.

1 comentario:

  1. ME PARECE QUE LA FABULA DABA PARA MAS, SER CONFORMISTA NO ES SUFICIENTE, NO CONOCÍA EL MAL DE LOS HOMBRES (LEASE LOS NIÑOS) BÁRBAROS DISFRAZADOS DE INOCENCIA

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